lunes, 17 de diciembre de 2007

Prohíben la publicidad que incita a los niños a acosar a sus padres para que compren algo

La denominada "Pester power" está incluida en la "lista negra" de prácticas de publicidad engañosa y venta agresiva prohibida por la Comisión Europea.

Se acabó ver anuncios en los que aparecen niños detrás de sus padres insistiendo para que compren. En plena campaña navideña, la denominada "pester power" ha sido prohibida desde por la Comisión Europea, para proteger a los consumidores de la publicidad agresiva y engañosa. a partir de ahora quedan prohibidos los lemas como " ¡cómpralo ya!", los publirreportajes que puedan crear dudas, y así hasta 12 prácticas habituales en el mundo de la publicidad.

Proteger a los consumidores, aún más en Navidad, cuando las compras de regalos se disparan notablemente, es el objetivo de la Directiva sobre prácticas comerciales desleales, que entró el dia 13 de diciembre en vigor.

La "pester power" se define como el tipo de publicidad que incita a los niños a persuadir a sus padres para que compren algo.
En el caso de la prohibición del publirreportajes lo que se intenta, es evitar que la gente confunda un publirreportaje con un reportaje real. Por otra parte, dejaremos de ver anuncios de productos que realicen alegaciones falsas sobre las propiedades curativas del mismo. Tampoco podrán aparecer ofertas gratuitas falsas.

En cuanto al resto de puntos de esa lista negra contra las prácticas publicitarias desleales con vistas especialmente al elevado consumo de estas fechas navideñas, destaca el señuelo publicitario, que induce el consumidor a comprar un producto a un precio muy bajo aún sabiendo que no dispone de existencias razonables, o los sistemas piramidales.
Además, también quedan prohibidas aquellas cartas en las que nos anuncian que hemos recibido un premio cuando en realidad su obtención está ligada a algún tipo de coste o las falsas afirmaciones.


Esta noticia llama la atención pero en realidad esta bien pensada, ya que es en estas fechas es cuando se dispara el consumo, y mucha gente se ve influida por publicidad engañosa y acaba consumiendo cosas sin ningún tipo de utilidad y gastando más de lo que pueden permitirse, lo que lleva a la tan temida cuesta de enero.


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